RenacimientoEn mayo de 2008, durante la recepción del Premio Dan David en la Universidad de Tel Aviv, muchos de los invitados estaban afuera del auditorio conversando o probando la abundante comida que suele haber en las celebraciones judías: un tipo de conjuro, de revancha contra el hambre de épocas pasadas. Al lugar llegó un taxi blanco, y de él se bajó uno de los galardonados de la noche, el escritor Amos Oz. De la mano de su esposa Nily, y con esa elegancia austera que lo caracteriza, comenzó a caminar hacia el auditorio. No miraba a su alrededor, ni se percataba de que algunas personas ya lo habían visto y empezaban a hablar en voz baja a su paso. A Oz no le preocupa figurar. Lo único que hizo cambiar esa tarde la expresión neutral de su rostro, fue el saludo de uno de sus nietos, quien salió a su encuentro a abrazarlo y a caminar junto a él.

LITERATURA
Judas no mató a Jesús, dice Amos Oz
El escritor israelí es un representante del mundo intelectual judío: provocador, autocrítico. Lo confirma su última novela, que le da un vuelco radical a la historia sagrada y canónica del personaje de Judas. Según Oz, ese relato erróneo ha causado por siglos odios, persecuciones, pogromos y antisemitismo.
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