En la calle décima con carrera cuarta en Bogotá queda Plataforma, el laboratorio de ciencia, arte y tecnología de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño. Es una casa antigua de paredes blancas, cedida en comodato por el Banco de la República, en cuyo patio principal hay una mesa rectangular de diez puestos y algunas plantas. No mucho más, lo que podría causar algún desconcierto sobre lo que allí pasa. Al fin y al cabo, ¿qué es exactamente un laboratorio de ciencia, arte y tecnología? Entonces aparece su director, Andrés García, y de inmediato habla sobre la inauguración de Plataforma hace tres años. Aquella noche expusieron Raúl Marroquín, uno de los primeros videoartistas del planeta; Arcángel Constantini, quien además dio un taller sobre circuitos electrónicos, Carlos Trilnik, que trajo un bandoneón con un radio transmisor oculto construido durante la dictadura militar en Argentina; Hamilton Mestizo, experto en generación de energía eléctrica con microalgas, y Pilar Santamaría, quien elabora retratos familiares con hongos que ella misma cultiva. “Un buen ejemplo de la relación entre arte y ciencia”, dice García.

Portada Mutantes Digitales I
Tecnología de cola
En una casa del barrio La Candelaria de Bogotá, un grupo interdisciplinario de artistas e ingenieros ha apostado por acercar la tecnología y el arte a comunidades que no tienen acceso. Este es un robot latinoamericano dicen.
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