Alvaro Mutis escribía versos “irreverentes” y “blasfematorios”. Jorge Gaitán Durán, el poeta que fundó la legendaria revista Mito, era de “ideología netamente anarquista y ateo”. José María Vargas Vila, quien a tantos lectores colombianos escandalizó a finales del siglo XIX, era “vanidoso, irresponsable, miedoso y lleno de prejuicios”. Cierta novela de Gustavo Álvarez Gardeazábal era “deprimente” y otra de Fernando Soto Aparicio “pura pornografía”. Esas son las conclusiones de los censores del gobierno del general Francisco Franco en España, en cuyas manos recayó la responsabilidad de autorizar —o prohibir— los libros de una treintena de escritores colombianos.

Libros
La literatura colombiana bajo la lupa del franquismo
Hoy parecen risibles, pero en su tiempo bloquearon la difusión internacional de la literatura colombiana y, con ello, el reconocimiento de sus autores más allá de nuestras fronteras. Son los informes de los fastidiosos lectores franquistas. ¿Quiénes se salvaron de la censura y quiénes no?
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